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¿Por qué los bufetes de abogados invierten en servicios de traducción?

Certified Translation

A medida que nuestra sociedad se diversifica, también lo hace nuestra necesidad de adaptarnos a ella. Los bufetes de abogados y otros servicios jurídicos de todo el mundo tienen una creciente necesidad de traducir un mayor volumen de documentos en una selección más variada de idiomas. Si un despacho legal no puede traducir con éxito un idioma, entonces no pueden tomar al cliente, o peor aún, no pueden ejecutar un caso de la mejor manera posible.

 

Un despacho legal moderno necesita tener un servicio de traducción profesional en el que confíe, uno que le pueda proporcionar traducciones precisas y exactas con una respuesta rápida y eficiente. En muchas naciones, incluyendo los Estados Unidos, no hay certificaciones oficiales para la miríada de posibles idiomas que pueden ser traducidos. Corresponde a los profesionales legales encontrar un equipo de traducción experimentado que pueda presentar la información con precisión a través de cualquier posible frontera cultural y lingüística. En breve cubriremos lo que debe buscar en un servicio de traducción.

 

Los servicios de traducción legal pueden, y a menudo lo hacen, incluir todo, desde la traducción de documentos básicos hasta la transcripción e interpretación judicial. Muchos especialistas pasan décadas centrándose en estos asuntos mientras trabajan en grandes empresas de servicios de traducción.

 

La confianza es clave en las traducciones legales

Pocos servicios de traducción pueden satisfacer las demandas del mundo legal, pero los que lo hacen valen su peso en oro. El valor de un excelente servicio de traducción es fácil de ver cuando se considera el amplio campo de clientes y las posibilidades que abren a los despachos legales.

 

Cuando se busca un servicio de traducción capaz de manejar las exigencias de la documentación jurídica, debe asegurarse de que cuente con un sistema de control de calidad que incluya un proceso de revisión múltiple y que sea realizado por traductores con experiencia en nomenclatura jurídica o especializada. Además, asegúrese de que el servicio de traducción pueda presentar documentos que cumplan los requisitos de los procedimientos jurídicos.

 

Si bien el gobierno de los Estados Unidos no certifica a los traductores de la misma manera que lo hace un país como Argentina, existen organizaciones de terceros como la Asociación Americana de Traductores (ATA) que certifican y juzgan la calidad de los traductores. Muchas prácticas jurídicas recomiendan contratar la ATA por sus muchos años de evaluación de calidad y las normas éticas a las que sujetan a sus miembros.

 

Al mismo tiempo, la ATA sólo certifica un número limitado de idiomas. En el caso de los idiomas menos comunes, un despacho legal tendrá que seguir contando con una agencia de traducción con la que tenga confianza.

 

Idiomas y bufetes de abogados

Si bien es evidente la necesidad de comunicarse con los clientes en un idioma con el que se sientan cómodos, hay muchos momentos en las operaciones cotidianas del manejo de un caso que también pueden requerir servicios de traducción. El descubrimiento electrónico en idiomas extranjeros, la revisión de documentos y la creación de archivos de pruebas precisas pueden requerir los servicios de un traductor profesional.

 

Todo profesional del derecho sabe que incluso pequeños errores al tratar estos documentos pueden tener repercusiones dramáticas. Las palabras hacen y deshacen el proceso legal, y un despacho legal debe invertir en servicios de traducción para asegurarse de que las palabras exactas que eligen se están traduciendo correctamente. Muchas veces, los traductores de alto nivel también podrán informarle cuando una determinada frase no puede ser aplicada en otro idioma o cultura.

 

En algunos casos, el litigio por pequeños errores de elección de palabras puede durar años. Los costos y las horas de personal gastadas debido a estos errores son sólo una fracción de lo que cuesta hacerlo bien desde el principio.

 

Al final, independientemente de la forma de comunicación que se necesite para romper una barrera lingüística, un despacho legal debe saber a quién puede acudir: esperar hasta que la necesidad sea crucial y verse obligado a utilizar un servicio con un mínimo de averiguación previa es una receta para el desastre.